Procedentes de Tierra Santa y enriquecidos por los conocimientos y la multiculturalidad de esos lugares, la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Duero construyeron un ecléctico cenobio, reformando una pequeña y preciosa iglesia románica que ya existía y levantando el resto del monasterio en honor a su patrón San Juan Bautista. En 1882, y tras muchos años de abandono, fue declarado Monumento Nacional y sobre la base histórica de enfrentamientos entre vecinos de Soria y las órdenes militares del Duero por la utilización de leña y caza de estos espacios, Bécquer desarrolló su leyenda del “Monte de las Ánimas”.

Justo anexado a la iglesia podréis encontrar el Claustro, un espacio que en los siglos XIII y XV se utilizó para dar sepultura y para comunicar todas las partes del monasterio. Se trata de la única dependencia monacal que queda y uno de los más originales del románico español por su increíble arquitectura. Por ello es un punto de visita que no podéis perderos para descubrir más profundamente la historia de Soria.